Trabajo desde los enfoques cognitivo-conductual y sistémico para proporcionar un tratamiento integral. Estos enfoques permiten abordar tanto los pensamientos, emociones y comportamientos individuales como las dinámicas interpersonales y familiares. El enfoque cognitivo conductual se centra en el estudio de los procesos mentales y emocionales que influyen en el comportamiento humano.
Por otro lado, el enfoque sistémico es una perspectiva terapéutica que considera a las personas como parte de sistemas más amplios, como la familia o la comunidad. Se centra en comprender las interacciones entre los miembros del sistema y cómo estas influencian el bienestar emocional y el comportamiento de cada persona. Busca promover cambios positivos en estos sistemas para mejorar la salud y el funcionamiento de sus miembros.
Además de estos enfoques, integro otras técnicas y enfoques terapéuticos según las necesidades individuales de cada persona a través de la creación de un espacio seguro y colaborador donde juntos se exploran y abordan las preocupaciones, se establecen metas y objetivos y se trabaja hacia el crecimiento y el cambio.
Viktor Frankl
En esta fase inicial se establece el primer contacto y se recopila la información necesaria para comprender su situación y establecer los objetivos y el tratamiento terapéutico. El diagnóstico permite entender mejor la naturaleza del problema y proporcionar un tratamiento adecuado y efectivo.
Durante la fase de tratamiento en la terapia psicológica, se llevan a cabo acciones específicas para abordar los problemas identificados en la evaluación inicial. Paciente y terapeuta colaboran activamente para lograr los objetivos terapéuticos establecidos, utilizando diversas técnicas adaptadas a las necesidades individuales. Es una etapa dinámica donde se exploran los problemas, se adquieren nuevas habilidades y se fomenta el cambio positivo. Se realizan evaluaciones periódicas para ajustar el plan de tratamiento según sea necesario.
Una vez finalizado el tratamiento, el objetivo es que la persona sea capaz de identificar de manera precisa aquellas circunstancias que puedan incrementar el riesgo de recaída. Esto le permitirá aplicar las técnicas y herramientas aprendidas con anterioridad antes de que el problema vuelva a manifestarse.
En esta fase inicial se establece el primer contacto y se recopila la información necesaria para comprender su situación y establecer los objetivos y el tratamiento terapéutico. El diagnóstico permite entender mejor la naturaleza del problema y proporcionar un tratamiento adecuado y efectivo.
Durante la fase de tratamiento en la terapia psicológica, se llevan a cabo acciones específicas para abordar los problemas identificados en la evaluación inicial. Paciente y terapeuta colaboran activamente para lograr los objetivos terapéuticos establecidos, utilizando diversas técnicas adaptadas a las necesidades individuales. Es una etapa dinámica donde se exploran los problemas, se adquieren nuevas habilidades y se fomenta el cambio positivo. Se realizan evaluaciones periódicas para ajustar el plan de tratamiento según sea necesario.
Una vez finalizado el tratamiento, el objetivo es que la persona sea capaz de identificar de manera precisa aquellas circunstancias que puedan incrementar el riesgo de recaída. Esto le permitirá aplicar las técnicas y herramientas aprendidas con anterioridad antes de que el problema vuelva a manifestarse.
En esta fase inicial se establece el primer contacto y se recopila la información necesaria para comprender su situación y establecer los objetivos y el tratamiento terapéutico. El diagnóstico permite entender mejor la naturaleza del problema y proporcionar un tratamiento adecuado y efectivo.
Una vez finalizado el tratamiento, el objetivo es que la persona sea capaz de identificar de manera precisa aquellas circunstancias que puedan incrementar el riesgo de recaída. Esto le permitirá aplicar las técnicas y herramientas aprendidas con anterioridad antes de que el problema vuelva a manifestarse.
Durante la fase de tratamiento en la terapia psicológica, se llevan a cabo acciones específicas para abordar los problemas identificados en la evaluación inicial. Paciente y terapeuta colaboran activamente para lograr los objetivos terapéuticos establecidos, utilizando diversas técnicas adaptadas a las necesidades individuales. Es una etapa dinámica donde se exploran los problemas, se adquieren nuevas habilidades y se fomenta el cambio positivo. Se realizan evaluaciones periódicas para ajustar el plan de tratamiento según sea necesario.